Por Darlys Barrientos
Colombia, un país catalogado con enormes riquezas naturales y una cantidad de culturas inigualables, ¡atractivo si de turismo hablamos!, sin embargo, una gran cortina se esconde tras el majestuoso amazona o el imponente valle; Colombia es un país con grandes desafíos si hacemos énfasis en la guerra sociopolítica de la cual es cumbre, ya hace varias décadas, la brecha entre la igualdad cada día es más amplia y la justicia parece nunca llegar. Y aunque se han dado diminutos pasos en otros aspectos, sigue caminado en el mismo eje.
Desde décadas anteriores se habla de política y el aporte fundamental de esta en la sociedad, la oportunidad de dar a conocer la realidad social y la implementación de ella para buscar una mejora, pero este discurso abstracto y somero no hace colación a la realidad política de un país en donde todos los días se leen titulares de corrupción y de inexplicables favorecimientos a unos pocos; hacer política se convirtió en un negocio que nada puede estar más separado de lo que en realidad es; y es que, la política ya no se trata de la recolección de voces para buscar un bien común, sino de un bien particular, ese derecho a la representación no solo es papel escrito, sino que también nos deja claro que no todos, aquellos que ostentan el liderazgo representa a un país y ni hablar de un interés común en pro del bienestar de muchos.
Y como si fuere poco para Colombia, no solo es un aspecto político quien tiene a este país sumergido en déficits, en términos sociales, la desigualdad entre unos y otros, esa gran carencia de oportunidad para unos tantos y todos los beneficios para los pocos, han hecho que la crisis social del país vaya cada día en aumento sin ninguna restricción; esta tiene una gran pirámide que sin duda alguna no está muy alejada de la política, por el contrario, van enlazadas. Y es la creencia de existencia de estatus sociales y grupos superiores, es por esto, que es necesario abordar la desigualdad, esa que tanto se profesa, pero que poco la vemos y la exclusión que afectan a muchos grupos en Colombia, especialmente a las comunidades más vulnerables y marginadas, con educación, ya que, es un pilar fundamental en todos los grupos sociales, si se nos enseña que todos somos iguales y con virtudes impresionantes sin distinguir raza, sexo o idioma, sí así tal cual como no lo establece ese artículo magno de la Constitución Política de Colombia, podemos día a día a construir una sociedad un poco menos injusta.
Y como todo pastel, Colombia también tiene una cereza y es el conflicto armado interno más grande y constante de toda América, sí este país está sumergido en una ola de violencia que aún no hay cifras exactas de las víctimas que aún siguen dejando estas guerras un poco absurdas, la guerra de un país contra el mismo, ¡irónico no?, las constantes vulneraciones de derechos fundamentales han dejado a este país en un vaivén del que a pesar de los débiles esfuerzos de diferentes gobiernos no a se ha podido solucionar, tal como nuestro himno un poco disperso de la realidad no ¡cesa la horrible noche!
En este contexto, es fundamental que los líderes políticos trabajen juntos para abordar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrecen la economía y el potencial humano de Colombia. Es necesario fortalecer las instituciones y la democracia, promover la transparencia y la rendición de cuentas, y asegurar la participación efectiva de la sociedad civil en la toma de decisiones.
En definitiva, el estado sociopolítico de Colombia enfrenta grandes desafíos, pero también ofrece enormes oportunidades para construir una sociedad más justa, próspera y en paz. Es necesario trabajar juntos y comprometerse a construir un futuro mejor para todos los colombianos.