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miércoles, octubre 23, 2024

‘La costa nostra’ en el Cesar

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El acoso judicial y la censura, fueron las armas escogidas por las mafias políticas corruptas para seguir su actuar delictivo en el anonimato y evitar que quienes ejercen un control social pongan al descubierto sus prácticas criminales, el más reciente episodio se presentó por parte de la editorial Planeta, que se negó a publicar el libro de la periodista Laura Ardila, titulado ‘La Costa nostra’ con el que se buscaba contar la historia detrás del poder del clan Char en la ciudad de Barranquilla, pero ese episodio de censura solo fue la gota que derramó el vaso y que puso al descubierto esta vil práctica utiliza por quienes en el trono del poder se creen intocables.

A la censura que es una práctica que se ha normalizado y que en Colombia la ejercen los políticos, y las entidades públicas a través de los mal llamados planes de medios, se le suma el acoso judicial a los periodistas que cuestionan el poder, ejemplo claro de ello son los periodistas de renombre como, Cecilia Orozco, Daniel Coronel, Gonzalo Guillén, Julián Martínez, Claudia Baez, entre muchos más, no me alcalizarían las páginas para mencionarlos, la lista es larga, todos han sido perseguidos por la justicia por revelar desde sus tribunas periodísticas los casos más escabrosos de corrupción de este país, Pero no solo son los periodistas, desde hace un año se supo de la existencia de Angelica Monsalve una fiscal que hubiese pasado desapercibida en la rama judicial, sino se hubiese atrevido a poner al descubierto la corrupción detrás de TransMilenio o las indelicadezas cometidas por el rector de la universidad Sergio Arboleda, quien no se prestó para hacer favores dentro del ente judicial, de encubrir a los intocables. Hoy es perseguida por la misma justicia para la que ella labora.

A una escala menor, pero no menos importante esa persecución judicial se padece en las regiones, y hoy quienes hacemos parte de El Periódico la vivimos en carne propia desde el año 2021, y es que no se podría esperar menos, este medio de comunicación a lo largo de sus casi dos años de existencia ha revelado los casos más graves de corrupción que nadie nunca se haya atrevido a revelar en el departamento del Cesar, ha tocado las estructuras financieras (la contratación), no solo del clan Gnecco, sino a los Cuello y otras familias que durante años al mejor estilo de ‘El Padrino’ han amasado sus riquezas adueñándose del erario. Esas mismas estructuras manejan la rama judicial y los entes de control, lo que les permiten seguir operando en medio de la sombra de la impunidad y el silencio cómplice.

El acoso judicial contra el medio y contra el director se ha agudizado en los últimos meses, a medida que el medio va tomando fuerza y va afianzando las alianzas con los medios nacionales, las estructuras políticas atacan con denuncias y tutelas, denuncias que valga la pena aclarar son evacuadas en tiempo exprés, aunque algunos aseguran que la justicia es lenta, en Valledupar las denuncias en contra del medio no demoran quince días cuando los fiscales les están dando trámite y sobre todo si el accionante hace parte de las estructuras políticas de los clanes, lo mismo pasa con las tutelas, cuando son falladas en derecho, son impugnadas y direccionadas para que lleguen a las manos de los jueces que estarían al alcance de las estructuras políticas Mientras eso sucede con las denuncias en contra del director y del medio de comunicación, las denuncias interpuestas por amenazas y lesiones personales sufridas hace casi dos años por el director de investigaciones de este medio, avanzan a paso lento. Lo último que se supo es que cuando ya estaban a punto de imputar a Andrés Arturo Fernández, ficha del clan Gnecco, la fiscal 24 trasladó el caso para la fiscalía 35 para unificarla con el caso de amenazas, allí pese a que existe todo el acervo probatorio el fiscal, aún no imputa ni avanza.

Posdata

No solo a la cabeza del director de este medio, ya las mafias políticas le pusieron precio. Si no que ahora quieren implementar el acoso judicial para callarlo, solo es revisar el SPOA desde que él está al frente de El Periódico, sin embargo, esa estrategia con nosotros no funciona, seguiremos denunciando y afianzándonos a nivel nacional e internacional.

 

 

 

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