En una entrevista concedida por el senador Antonio Sanguino, al director de El Periódico, habló sobre los clanes que tienen en su poder el departamento del Cesar, la corrupción que se mueve con los recursos de regalías que se obtienen por la explotación del carbón, el abandono del sector rural y la burla hacia las víctimas por los personajes que hoy quieren llegar a llenar esos espacios.
José Vega – ¿Quién es Antonio Sanguino?
Antonio Sanguino – Es un cesarense que creció en las calles de los barrios populares de Valledupar, el Primero de Mayo, el Doce de Octubre y finalmente Don Alberto, hijo de dos campesinos que luego se hicieron pequeños comerciantes en la plaza de mercado de Valledupar, que trabajó al lado de sus padres y se formó en el principal colegio público de esta ciudad de aquel entonces, Colegio Nacional Loperena. No provengo de ningún clan político, ni de ninguna familia poderosa de este departamento, así que me siento muy vallenato y muy comprometido con los ciudadanos.
J.V – ¿Qué le preocupa del Cesar?
A.S – Primero la manera en cómo ha sido gobernado el departamento, ha terminado siendo dominado y capturado por unas elites familiares, unas estructuras políticas familiares que dominan el poder político y esa distorsión de la democracia en el Cesar, tienen consecuencias en la vida de la gente, asfixia la democracia, tenemos unos niveles de hambre, desigualdad, pobreza que golpean a buena parte de nuestra población.
J.V – ¿Cómo cambiar esa dinámica para erradicar el hambre del departamento?
A.S – Nosotros hace 30 años escogimos una ruta de desarrollo económico fundado en una economía extractiva, la economía del carbón, el 42% del producto bruto del Cesar, depende de la explotación del carbón, que es el agotamiento o el aprovechamiento de un recurso que no es renovable y que además deja unos vacíos ambientales, esa explotación generó unos excedentes de regalías para los departamentos y los municipios, de ahí viene el segundo problema derivado de nuestra economía y es la mala organización o la utilización corrupta de esas regalías que terminaron en las cadenas de la corrupción de la contratación pública.
J.V – ¿En manos de quien está el departamento del Cesar?
A.S – El departamento se ha venido turnando entre dos clanes políticos, hoy está en manos del Clan Gnecco, antes estaba en manos del clan Araujo, aquí el bipartidismo no es el dominio de dos partidos, sino que es el dominio de dos clanes y no es un asunto de odios, ni de mal querencias por las personas, es un problema de la democracia y nosotros debemos avanzar para que el departamento pueda ser gobernado acudiendo a la voluntad de los ciudadanos.
J.V – ¿Cómo se sale de ese dominio?
A.S – Generando nuevas alternativas políticas, logrando que esas alternativas accedan al poder, que los ciudadanos puedan controlar la gestión pública y puedan participar en las decisiones públicas, hay que quitarle las decisiones políticas a estas elites y estas familias, que controlan la vida política en el departamento.
J.V – Lo llaman oportunista por apersonarse de algunos temas en el departamento como el caso Emdupar, caso hospital, entre otros.
A.S – A mí no me ofende que me acusen de oportunista por preocuparme por los problemas del Cesar, si lo hago, es porque la representación parlamentaria que el Cesar tiene o que se dicen representar no lo hacen, porque se representan así mismos, porque representan sus estructuras político familiares. Yo que soy cesarense en primer lugar, no me siento oportunista ejerciendo una vocería de los que hoy no tienen quien los represente.
J.V – Hay un tema que inquieta en el departamento y es la inversión en el sector rural.
A.S – Tenemos una oportunidad en el 2022 de reorientar el modelo económico del país, porque vamos a salir de una pandemia y se necesita un plan de reactivación económica de la postpandemia y eso implica también asumir una irresponsabilidad del país, con el cambio climático y con el calentamiento global. Yo estoy seguro que se va a elegir un gobierno con una orientación distinta, que tiene que mirar hacia la producción de alimentos y la seguridad alimentaria y eso significa que la representación parlamentaria del Cesar, incluyéndome exijamos y trabajemos por una revisión de los tratados de libre comercio, la bancada del Cesar que está aquí, que votaron todos los tratados de libre comercio, hay que revisarlos para que la industria ganadera y la industria lechera renazcan en el Cesar.
J.V – ¿Después de ser electo seguirá usted con estas luchas o solo es cuestión política para llamar adeptos?
A.S – Yo lo he venido haciendo desde que asumí la curul en el Senado de la República, yo le quiero contar a los lectores de El Periódico, que la elección como senador en el año 2018 en mi caso no dependió de la votación que obtuve en el departamento del Cesar, yo tengo un compromiso de vida con este departamento, aquí nací, crecí, construí mis relaciones afectivas más profundas, me duele lo que ocurre en el Cesar y por eso mi gestión parlamentaria desde que asumí la curul ha sido volteando los ojos al Cesar.
J.V – ¿Qué opina de la circunscripción especial para las víctimas en el departamento del Cesar?
A.S – Me parece una burla para los derechos de las víctimas, es ofensivo, no solo para Colombia, para el mundo, que el hijo de quien fue el jefe paramilitar en el departamento del Cesar y las estructuras las más violentas de los paramilitares en el caribe colombiano y el país, sea el que aspire a ocupar la curul en representación de las víctimas en la circunscripción Magdalena, Cesar, Guajira, eso me parece inadmisible yo particularmente voy a demandar la inscripción de esa candidatura, eso no se puede permitir, como tampoco se puede permitir que personas que provienen de las estructuras políticas tradicionales que estuvieron ligadas a la dinámica de violencia que generaron 400 mil víctimas en el Cesar, también sean quienes compitan por esa curul, las víctimas del Cesar son quienes merecen esa curul y no sus victimarios.
