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jueves, abril 25, 2024

Campo Elías: el rostro del desempleo en Valledupar

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En busca de una mejor calidad de vida, Campo Elías Rodríguez llegó a la capital del Cesar hace 50 años, cargando el dolor por la muerte de su esposa y el haber tenido que separarse de sus hijos a quienes dejó al cuidado de su familia en Sincelejo, de donde es oriundo.

Campo Elías encontró en la informalidad una manera de salir adelante en Valledupar. “Yo aquí me sentí bastante bien, y dije ¡bueno! Aquí va a ser la placita mía, me voy a quedar aquí”, y así lo hizo con su labor de cuidar carros en el Centro Histórico de la ciudad, a las afueras de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la carrera séptima, donde llega muy temprano diariamente. “Aquí me rebusco la vida”, señala.

Aunque se estableció en esta ciudad, velaba, hasta donde sus posibilidades se lo permitían, por el bienestar de sus hijos. “Todos los años iba a visitarlos y los vi muy bien, entonces ya después los encomendé al Sagrado Corazón de Jesús para que tuviera a mis hijos bien, así como lo hizo conmigo”, contó.

El pasar de los años y la actual situación que vive la ciudad por cuenta del desempleo y el alto costo de vida, no le han favorecido.
“Cuando empecé aquí era una vida muy maravillosa. Yo vivía sabroso, vivíamos sobrado con los arriendos, la comida, todo bien. Pero después se vino descomponiendo la situación que hasta el trabajo se me perdió porque aquí ya no llega casi gente. Esto antes permanecía lleno de comercio desde la 15 hacia el centro, pero ahora es distinto”, aseguró Campo Elías.

Fue esa misma falta de recursos la que lo imposibilita de volver a ver a sus hijos desde hace algún tiempo, ya que anteriormente podía ganarse entre $60.000 hasta $100.000 pesos, porque, además, contaba con la ayuda de su esposa en el cuidado de los vehículos que se parqueaban en el sector. “De aquí, de la 16 a la 15, cuadrábamos unos 18 carros y muchas motos, trabajábamos hasta las 10 de la noche”, explicó.

No obstante, su situación ahora está lejos de lo que fue en aquella época, ya que su esposa no pudo continuar trabajando porque enfermó y es Campo Elías quien responde por los gastos del hogar que ascienden aproximadamente a $700.000 pesos mensuales. “Yo me veo apurado para conseguirlos porque en realidad está muy pesado, lo que gano no me alcanza para nada, vivo alcanzado y debiendo”, precisó.

Pese a las dificultades, Campo Elías, a sus 80 años, continúa esforzándose por llevar el sustento a su familia. “Cómo hace uno, la necesidad es así, uno tiene que trabajar para poder conseguir algo”, reitera.

A su edad, este hombre no recibe ningún tipo de subsidios del estado y manifiesta que no ha recibido ayudas del gobierno local que le permitan mejorar su situación. La historia de Campo Elías es una radiografía de la falta de empleabilidad que existe en Valledupar y del alto costo de vida que enfrenta la capital del Cesar, ya que como él hay muchas personas que les ha tocado subsistir por medio del rebusque.

De acuerdo al Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, DANE, la capital del Cesar ocupa el segundo lugar en el país con mayor índice de desempleo, que supera el 16%, en cuanto a la informalidad, el porcentaje fue de 63%, además del costo de vida debido a la inflación que fue de 0,57 % ubicando a Valledupar como la segunda ciudad del país más cara para vivir.

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