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domingo, diciembre 22, 2024

Emdupar entre aguas negras

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Por: Luis Elquis Díaz

Nuestro planeta azul bautizado así porque el 70% de su superficie está cubierto de agua, esta situación motiva la creencia de que hay agua de sobra. Sin embargo, más del 97% es salada y apenas el 2.5% es dulce. Las Naciones Unidas con ocasión de la conmemoración del día del agua el pasado 22 de marzo, la edición de 2022 del Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo (UN WWDR 2022), titulado «Aguas subterráneas: hacer visible lo invisible», describe los desafíos y oportunidades asociados con el desarrollo, la gestión y la gobernanza de las aguas subterráneas en todo el mundo.

Según las Naciones Unidas, actualmente, en el mundo 2.200 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Noten el contraste, Valledupar tiene el privilegio del que gozan pocas ciudades en el mundo, ser bañada por un rio como el Guatapurí. Esta condición o ventaja comparativa invaluable discrepa con las deficiencias en visión y planificación implementadas por los diferentes exalcaldes de Valledupar y exgerentes de Emdupar. La inoperancia gerencial consentida por las administraciones de turno municipal, conminó a la empresa otrora orgullo de los vallenatos al ostracismo administrativo y financiero.

A veces, en la tranquilidad de mi pensamiento reflexiono sobre la escasa visión de los exalcaldes de Valledupar y exgerentes de Emdupar; concluyo que ambos actores atrapados en la burbuja de la imprevisión creyeron erróneamente que el agua diáfana del cauce del río Guatapurí gozaba de propiedad infinita y que ante esa situación la empresa nunca naufragaría en problemas de orden administrativo y financiero. Por la evidencia de la incapacidad gerencial de los corsarios al mando de Emdupar, dudo que hayan advertido la relación del agua con la gestión y el desarrollo empresarial, el crecimiento poblacional de la ciudad, el uso de herramientas tecnológicas y mucho menos el cambio climático ni la entrada del precio del agua en el mercado de futuros de Wall Street.

El agua siempre ha sido motor de desarrollo y garantía de la continuidad de la existencia. Estos criterios probablemente fueron considerados por los dirigentes visionarios de la época en Valledupar, para emprender el proyecto de fundar Emdupar en 1994. Desde entonces, la empresa se convirtió en el orgullo de los vallenatos, sin embargo, la historia administrativa de Emdupar ha contado con gerentes manoseados por los alcaldes de turno, esa falta de carácter y la connivencia para disponer de sus recursos sin ningún énfasis coherente con el proceso administrativo derivaron en la debacle financiera de la empresa.

En Valledupar, muchas tendencias han llegado de manera sorpresiva, sucedieron sin ser percibidas por sus dirigentes. Varios ejemplos al respecto: crecimiento poblacional de la ciudad, disminución de la presión del agua, desvíos del río para uso agropecuario y descontrol sobre el uso irracional del agua.

Emdupar desde 1994, en vez de convertirse en una empresa que genere rentabilidad, pasó a convivir con el susto de caminar sobre la cornisa de los procesos de tercerización, intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos y planes de salvamento, estos mecanismos han procurado inútilmente su recuperación, pero han servido para evitar a toda costa la decisión de privatización, debido al golpe al corazón de las decisiones impopulares. También debemos indagar por el papel desempeñado por los sindicatos de la empresa, porque mientras Emdupar era saqueada y esquilmada, las convenciones y el costo de la nómina crecían como el río Guatapurí en temporadas de lluvias.

Con salvedades y sin lucro de la oportunidad debo afirmar que la crisis financiera, operativa y comercial de Emdupar no es responsabilidad absoluta del actual gerente ni del alcalde Mello Castro, pues recibieron una herencia de pasivos motivada por 28 años de desidia y espoliación administrativa. El alcalde Mello Castro, exploró la participación de un socio estratégico, no dudo que en la legalidad de nuestro marco jurídico tendrá muchos interesados seducidos por el porcentaje del significativo recaudo, que es un banquete para cualquier inversionista encantado por más o menos 91.000 usuarios, la capacidad instalada de Emdupar, la gravitante importancia del agua para los sectores productivos y las facilidades de provisión del recurso hídrico que raudo desemboca por gravedad.

A la sumatoria de problemas que tiene Emdupar, se incorpora la sentencia al tanque de almacenamiento dada por el recién llegado gerente Luis Calderón: “Es bueno decirle a la ciudad que técnicamente eso no es viable”. En el concejo de la ciudad este 26 de julio el gerente de Emdupar, descartó que el tanque de almacenamiento de agua potable, inaugurado en septiembre de 2021, garantice el suministro del líquido a los habitantes de las comunas 3, 4, y 5 durante las 24 horas. Considero inentendible la explicación del gerente de Emdupar, pues fue el alcalde Mello Castro el encargado de cortar la cinta.

Imperativo encontrar la mejor alternativa para rescatar a Emdupar de la incapacidad gerencial y de los amarres de la autonomía, también es de suma importancia desarrollar acciones de conservación de la fuente hídrica, (Sierra Nevada de Santa Marta y sus respectivas cuencas alta, media y baja), para no terminar en la dialéctica de las ruinas de Emdupar, ni de los métodos complejos y costosos de acceso a agua potable. Hay que tomar decisiones o admitir que por más que nos duela los vallenatos debemos ser coherentes y convenir que la cacareada privatización de Emdupar sería un daño menor o un rasguño comparado con todo el mal que le han causado a la empresa otrora orgullo de Valledupar.

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