Frente al conflicto generado en el corregimiento indígena de Atanquez, jurisdicción de Valledupar, por la toma del puesto de salud por parte de la comunidad Kankuama, en cabeza del cabildo menor Giovanny Ustáriz Martínez, se conocieron nuevos detalles sobre las condiciones en la que operaba el puesto de salud y que irían en contravía de lo expuesto por el gerente del hospital Eduardo Arredondo Daza, Miguel Soto Ruiz, El Periódico conoció que dentro del centro asistencial que está en avanzado estado de deterioro solo se encontraba una camilla y unos utensilios para atención básica.
Al parecer, el descontento de la comunidad se agudizó durante los últimos dos meses, a raíz de que los médicos, que al parecer debían hacer los turnos de día y de noche en el centro asistencial, no lo estaban haciendo, y se habría puesto en riesgo la vida de dos personas que sufrieron accidentes en la parte alta del corregimiento.
“La decisión de la comunidad se tomó a raíz de los incumplimientos pactados en el mes de diciembre con el señor gerente del hospital Eduardo Arrendo, Miguel Soto; quien se comprometió a tener dos médicos uno de día y uno de noche y eso no se venía dando, además los habitantes de Atanquez estamos sometidos al paseo de la muerte, debido a que no tenemos ambulancias y cuando se han presentado urgencias con miembro de la comunidad indígena, nos toca o llamar a Patillal para qué nos envié la ambulancia o hacer el traslado en vehículos particulares para que no se nos mueran nuestros habitantes”, puntualizó Giovanny Ustáriz Martínez.
Mientras estos son los argumentos del cabildo menor de Atanquez, el gerente del hospital en pronunciamientos realizados en diferentes medios de comunicación, aseguró, que no ha incumplido y que, por el contrario, levantaría una denuncia ante la Fiscalía, debido a que la comunidad debería responder por los bienes que al interior del centro de salud reposaban, pues según él se habrían llevado unos equipos de alto costo para garantizar la prestación del servicio a la población.
El centro de la muerte
El cinco de julio el cabildo menor junto a miembros de la comunidad hizo la apertura del centro asistencial para hacer un registro fotográfico de los enseres con los que en realidad contaba el centro asistencial para prestar los servicios a la población indígena. En el sitio se encontraba, un aire acondicionado en malas condiciones, una camilla y un dispensario de medicamentos vacío, una especie de bodega donde reposaban camillas y varios archivadores, un tensiómetro y un peso que al parecer estaba en mal estado.
En cuanto a la parte física, el baño deteriorado, varias de las salas con las que cuenta el centro asistencial en total abandono, pues solo se estaría utilizando la recepción y un consultorio donde los médicos brindarían atención de manera esporádica.
Miembros de la comunidad aseguraron que lo que se busca es recuperar el centro asistencial, debido que cuando inició, se prestaban los servicios de urgencia, partos, y una atención completa para el pueblo indígena, mientras que, en los últimos años, no había utensilios ni para realizar una sutura.
“Lo que se está buscando es mejorar el servicio y para ello se entablaron, por parte de la organización, diálogos con la IPS Kankuama para que tome el control, invierta unos recursos en el centro asistencial y se mejore la atención médica para los más de 15 mil indígenas de esta zona, que requieren unos servicios dignos y de calidad, con esto también, que se acabe el paseo de la muerte para el pueblo Kankuamo». Cabildo menor de Atanquez.