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domingo, marzo 30, 2025

La orden es asesinarme

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Al igual que lo hizo el alcalde del municipio de El Roble, en el departamento de Sucre, conocido como Eudaldo ‘Tito’ Diaz, cuando en medio de un consejo comunal en el año 2003, le dijo al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, que el ex-gobernador de Sucre, Salvador Arana lo iba a asesinar, hoy 20 años después, no como alcalde, sino, como periodista en el Cesar, que me he atrevido a denunciar el Clan Gnecco y los Cuello, le digo al presidente Gustavo Petro Urrego, que las mafias que gobiernan al departamento del Cesar, me quieren asesinar.

El sábado 22 de abril mi nombre salió a relucir en una reunión en una de la casa campo de la ciudad, habrían participado funcionarios de la gobernación del Cesar, entre ellos, Esther Mendoza Peinado, Lorena Hernández Dangond, Violeta Ortiz y Sergio Barranco y un exfuncionario Jaime Luis Fuentes Pumarejo, en el encuentro también habrían estado presentes los dueños de la contratación en el departamento, el señor Edwin Sierra y Antonio Díaz, allí Edwin habría dicho que por el periodista ‘José Vega’, es decir, por mí, no se preocuparan, porque ya eso estaba arreglado; lo que el señor Sierra quiso decir en su afirmación, es que tendrían un plan para silenciarme, al punto de ponerle precio a mi cabeza, todo con el fin de poner freno a las denuncias que venimos realizando a través de este medio, ya tendrían al parecer las estrategias definidas. Les quiero contar que hace dos semanas tuve que cambiar de celular, pues había sido hackeado.

Para los que no lo conocen, Edwin Sierra trabaja de la mano con Antonio Díaz y son los que negocian la contratación multimillonaria de la gobernación del Cesar, como el plan vial, la construcción de los colegios, entre otros multimillonarios contratos.

La molestia de Sierra y Díaz radica en que, a través de El Periódico Medio que dirijo, hemos denunciado las indelicadezas en la contratación y como está operando una estructura criminal al interior de la Gobernación para direccionar los contratos, no solo de esta entidad, sino, de los entes descentralizados como; El Sistema Estratégico de Transporte – SIVA, Aguas del Cesar, entre otros.

El primer entramado judicial se les cayó

En audios que fueron entregados como pruebas a la fiscalía, quedó en evidencia el montaje judicial que me quiso hacer en su momento Andrés Arturo Fernández, a través de un fiscal en la Unidad de Reacción Inmediata – URI de Valledupar, para que me capturaran por una supuesta extorción que nunca hubo y que nunca cometí, a raíz de todo este entrampamiento judicial que me han querido hacer y que aún no les ha funcionado, me presenté ante La Fiscalía tres especializada, quien lleva el caso de la presunta extorción, para ponerme a disposición y para solicitarle que avanzara con el proceso, a esa misma Fiscalía a través de mi abogado le hice llegar pruebas contundentes de mi inocencia y de todo lo que pasó el día de los hechos; también aporte videos que evidencian como el policía que atendía el caso recibió múltiples llamadas de superiores para que no procedieran contra Andrés Arturo Fernández Cerchiario, quien fue capturado en flagrancia.

De esto y de todo lo que están planeando el Clan en mi contra y los contratistas están las pruebas, Cabe destacar que Edwin Sierra, alias el Guajiro, mantiene una relación sentimental con Oriana Cerchiario Daza, con quien además tiene una hija, esta mujer es sobrina de Cielo Gnecco Cerchiaro, y prima de Andrés Arturo Fernández Cerchiario, quién me quiso hacer un entrampamiento.

La molestia del clan Gnecco y de los políticos aliados, que hoy quieren sacarme de circulación como ellos dicen o ponerme freno, es por qué; A través del equipo de investigaciones de El Periódico liderado por mí como su director hemos denunciado como a través de empresas de papel el señor Andrés Arturo Fernández sobrino de doña Cielo Gnecco, a través de su chofer – escolta se apropiaron de millonarios recursos del fondo de pagos por servicios ambientales, este último es el testigo estrella del señor Fernández Cerchiario ante el caso de extorsión en la Fiscalía.

Pusimos al descubierto como la alcaldía de Valledupar, en manos del clan Gnecco a través de Mello Castro González, direccionaban la contratación a las empresas de su hermano y de amigos. La corrupción que se presentó en la ejecución de las obras para los juegos bolivarianos en Valledupar, donde varias obras están inconclusas.

El escándalo por la pérdida de los recursos del Ocad paz, millonarios recursos de este fondo fueron manejados por la Gobernación del Cesar, hoy varias de las obras están sin terminar.

El negocio con el alumbrado público de la ciudad.

Las irregularidades cometidas en el Programa de Alimentación Escolar – PAE.

Las empresas de papel con las que han contratado La gobernación y el Siva.

El direccionamiento de contratos a empresas de Sucre, Bolívar y Cesar.

Pero las investigaciones periodísticas realizadas por este medio habían pasado desapercibidas hasta que el 29 de marzo el medio puso en evidencia que la Gobernación, en cabeza de Esther Mendoza como Secretaría de Infraestructura, quería adjudicar un contrato con vicios de fondo, e irregularidades en las pólizas, esas denuncias hicieron que los dueños de la contratación declararan el proceso desierto. Eso, sumado a varios trinos realizados por mí en redes sociales, ha hecho que hoy me vean como la piedra de tropiezo para seguir con la estela de corrupción en el departamento del Cesar.

Les quiero decir a las mafias políticas del departamento del Cesar, que me pueden seguir acosando judicialmente y hasta meterme preso, porque hoy no siento garantías por parte de la justicia, me pueden hasta matar, pero mientras eso no pase aquí seguiré, con mi teclado denunciando toda la podredumbre que rodea la contratación en el departamento.

Por el lado de mi familia, mis tres hijas de 13, 7 y 2 años tienen instrucciones que hacer con sus vidas el día que las balas silencien mi existir.

Por otro lado, quiero decirles que así me metan preso o me maten, el medio seguirá su curso, de eso ya hay instrucciones para que El periódico continúe su línea editorial, matar al mensajero, no matará el mensaje, se equivocan quienes creen que saliendo yo del camino esto acabara.

Ojalá este escrito no se convierta en letra muerta y no me convierta en el nuevo Tito Díaz de 2023. Porque la orden ya está dada.

PD: Todos los días salgo de mi casa pensando que podría ser el último, cuando voy en el carro los pensamientos que me invaden es que en cualquier momento seré acribillado a bala, quizás como le paso a la exalcaldesa de Barrancas, La Guajira, Yandra Brito, o como a Rafael Moreno, en Montelibano, Córdoba, o como hace pocos días el líder Alfonso Medina, en Valledupar.

Quizás se preguntarán porque no dejo de hacer este tipo de periodismo, les cuento que muchas veces, he pensado en abandonar esta profesión, pero la verdad no sé hacer otra cosa, sino escribir, contar lo que nadie se atreve y ser voz de aliento para aquellos que no se atreven a denunciar.

 

 

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