Por: Eduardo L. Gullozo
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Deliremos un poco, hagamos uso de la única libertad que nadie nos puede arrebatar y soñemos con esta utopía que les voy a relatar: ¿Qué tal si en lugar de ser uno de los mayores productores de cocaína, Colombia fuese el mayor productor del mundo del arte más fina? ¿Qué tal si los artistas colombianos recibieran por parte del estado el mismo trato que le dan a los políticos y bandidos que deforman nuestra imagen en los países del mundo? ¿Qué tal si todos los artistas recibieran propuestas como las que el presidente hizo muy ligeramente, de entregar 800 mil pesos a los jóvenes delincuentes, para que puedan salir adelante? Deliremos un poco, solo un poquito, y supongamos que los esfuerzos por alcanzar la paz también se invirtieran en crear cultura, entonces Colombia ya no sería el mayor productor de cocaína sino el mayor productor de arte mundo.
No me considero un artista, con algo de sacrificio hago el esfuerzo de contribuir mediante el arte de la literatura en la creación de una cultura en la que sus intereses estén muy por encima de sobrevivir el día a día, porque bien cierto es que aquellos que cuentan con los recursos solo para gastar en la canasta familiar, pago de arriendo y servicios, no gastarán en el arte que solamente sirve para alimenta el espíritu, pues es mejor tener el espíritu raquítico que el estomago vacío cuando vivimos en situaciones de estrechez económica (la gente cuando pasa necesidades no piensa en el arte). Y por tal razón creo que Colombia no es el mayor exportador de artes y artistas, porque con tanto talento que hay en las escuelas, no cuentan con el apoyo y el mismo sistema educativo se convierte en sus verdugos; con tanto talento que hay en los barrios, la rosca es tan pequeña para que esos artistas potenciales reciban alguna ayuda de los programas social para el talento humano, que solamente entran los hijos de los que tienen palanca; con tanto talento que hay en los pueblos, que el abandono del estado los vuelve reclutas de aquellos quienes son enemigos de la ley y el orden.
Colombia es un país tan rico que los más grandes artistas y representantes de nuestra cultura en el exterior, han sido personas tan pobres que la única manera con la que pudieron salir adelante fue contando con la gracia del Altísimo, pues escrito está cuando dice las escrituras que: donde abunda la miseria, sobreabunda la gracia.
Colombia produce tantos artistas, tantos escritores, escultores, pintores, bailarines, artesanos, elocuentes oradores, músicos y poetas, que este país tiene las capacidades de crear una cultura desarrollada como la de los países de primer mundo, como Noruega, por ejemplo, que cuando un escritor publica su primer libro el estado le compra la tercera parte de la cantidad de ejemplares impresos para apoyar la cultura literaria en el país, o en Florencia Italia, donde una pieza de artesanía de tejidos elaborada por artesanos colombianos vale más que la quincena de un sueldo mínimo, mientras que en los parques de Valledupar y la Guajira regateamos por una mochila artesana de 40 mil pesos. Los únicos artistas en Colombia que se llevan el trato de artista son los políticos, mientras que los verdaderos representantes de nuestra cultura deben tener dos o tres trabajos aparte de su arte, o depender del rebusque también para poder llevar el pan a su casa.
¡Qué lástima!, que el apoyo que se merecen todos los hacen el esfuerzo por crear cultura mediante el arte, tenga que ser dirigido económicamente para los jóvenes delincuentes, para que ellos sí puedan salir adelante, porque esa es la solución para que dejen las armas: darles plata. Y no el arte, el arte son tonterías.
Poro entiendo que la vida del artista es muy sufrida, es como un sube y baja de la vida, y más si se trata de un artista nacido en Latinoamérica, específicamente en Colombia, donde los verdaderos artistas tienen que triunfar en el extranjero y luego el estado y los medios de comunicación reclaman con sentido de propiedad los logros de ese colombiano. Colombia es el país en el que le dan un reconocimiento de artista a cualquier espantajopo que hace una buena obra social y la publica en las redes sociales y luego recibe una medalla por el estado como “ciudadano ejemplar”, después están los artistas que utilizan Auto-Tune en la contaminación auditiva que ellos llaman música y reciben galardones por el esfuerzo y arduo trabajo en el arte. ¡Ja, deliremos un poco! Si no es que ya estamos delirando.
Excelente artículo.