Aguas del Cesar, es una empresa dedicada a la contratación de proyectos de agua potable en el departamento del Cesar, al servicio del Clan Gnecco, no se dedica a más nada, no presta ningún servicio público en las poblaciones de este departamento, es identificada en la estructura de los entes descentralizados como un ‘contratadero’ que recibe plata de la nación, el departamento o municipios y entrega casi que a dedo los millonarios contratos de obras públicas y de consultorías. Para ese fin, el Clan puso a alguien de su entera confianza, Lina Rosa Prado Galindo, un alfil fiel, que no mueve una hoja en la entidad si de la casa de gobierno no le da la orden. Un contrato por cerca de $2.000 millones de pesos, y las amenazas a un líder de la comunidad, es el nuevo escándalo que sacude a la administración de Prado Galindo y que desde hace varios años la tienen en la mira los entes de control del orden nacional.
En San Sebastián, la orden es callar
Un líder comunitario del corregimiento de San Sebastián jurisdicción del municipio de Curumaní, en el sur del Cesar, denunció que funcionarios de la empresa Aguas del Cesar llegaron junto a varios contratistas en el mes de agosto del año 2021 para socializar una obra concerniente a la ‘Optimización del sistema de acueducto del corregimiento de San Sebastián, municipio de Curumaní’, ese día le manifestaron que la obra costaría $1.800 millones de pesos, más el pago de la interventoría, asegura además que en el mes de diciembre se firmó el acta de inicio y le aseguraron que la obra estaría lista en seis meses; sin embargo, a febrero del año 2023, el contratista no ha puesto la primera piedra y lo más grave de la situación, es que a quienes se atreven a denunciar el robo descarado de casi $2.000 millones de pesos lo han amenazado de muerte.
El Periódico conoció que efectivamente el contrato existió, fue otorgado por Aguas el Cesar, el 24 de diciembre de 2021, mediante resolución 082 de diciembre de 2021, a la firma INFROCIVIL S.A.S. cuyos accionistas registran de la siguiente manera Héctor Alejandro Vélez Benjumea con un 10%, Carlos Mauricio Aguirre Gallego con un 89% y Diseño Absoluto S.A.S. con el 1%. El valor del contrato fue de $1.886 millones de pesos y para el mes de junio de 2022 la obra debería estar terminada y el pueblo disfrutando del agua potable.
Pese a que inicialmente ese era el cronograma de la obra, Aguas del Cesar declaró desierta la interventoría de dicho contrato, lo que obligó la suspensión de la misma, hasta el 14 de junio de 2022, les fueron entregados $272 millones de pesos, al consorcio Aseguramiento Hidrotecnia 2022 representado por José Alfonso Morón Quiroz quien a su vez integra el consorcio con una participación del 50% como persona natural y el otro 50% una empresa de la cual es accionista, quien sería el interventor.
En agosto de 2022 se firmó el acta de inicio, por lo que al día de hoy las obras debieron estar culminadas, no obstante, el contratista, solo ha llevado a la comunidad seis rollos de mangueras, que están a la intemperie y no han iniciado ninguna de las obras establecidas en el contrato pese a que los tiempos ya culminaron. Según se pudo establecer, del año 2011 a 2022, Aguas del Cesar ha manejado recursos por el orden de $500 mil millones, en cerca de 30 proyectos con los que se lograría que los municipios del departamento, incluidos en el llamado plan departamental de aguas, contarían con ese servicio, sin embargo, a la fecha ninguna de las poblaciones del Cesar cuenta con el servicio de manera frecuente. Aguas del Cesar, junto a sus contratistas aliados, se han quedado con millonarios recursos de regalías y de la paz a través de proyectos que no llegan a feliz término.
