El Periódico dialogó con Gelca Gutiérrez Barranco, quien contó cómo se ha abierto paso en distintos campos profesionales a través del empoderamiento femenino, su paso por la política y los logros alcanzados desde la academia.
Gelka Gutiérrez Barranco, es una cesarense que ha trasegado por más de 25 años en el sector público y privado, su rol en la sociedad, su liderazgo y el talante que la caracteriza le han permitido ser figurar entre las mujeres más sobresalientes en la ciudad de Valledupar, por su contribución al desarrollo y crecimiento del departamento.
Aunque ha ocupado varios cargos representativos, Gelka Gutiérrez se ha convertido en un referente del fortalecimiento de la educación superior, a través del empoderamiento de una de las universidades más representativas del Cesar, como lo es la Fundación Universitaria del Área Andina, la cual a liderado desde hace más de 13 años.
El Periódico: Como ha sido la experiencia en el sector público y privado, pero sobre todo en el ámbito de la educación.
Gelca Gutiérrez Barranco: He tenido la satisfacción de ocupar diferentes cargos en el departamento del Cesar, con la posibilidad de estar en el sector privado, en el sector público y el sector educación. Ha sido una experiencia maravillosa conociendo el territorio aprendiendo mucho de todo lo que implican los procesos de desarrollo de nuestro departamento y de toda su zona de influencia, me siento muy satisfecha de haber podido estar en la gobernación del Cesar como secretaria de Planeación, secretaria de Infraestructura y gobernadora encargada. Luego regresé al sector privado; y volver al sector educativo sin duda me llena de satisfacción, poder incidir en procesos de formación de profesionales y cambiar la historia de las personas a través de la educación.
EP: ¿Ha pensado volver a la política?
G.G.B: Yo me siento muy cómoda en la academia. Aunque tratamos de hacer el mejor trabajo posible y no me traje sino muchas satisfacciones, en la arena política no me movería. A esta altura de mi vida tengo claro donde no quiero estar y la política es una de esas posiciones en las que no me interesa estar. Me siento súper bien trabajando en Área Andina, he tenido la oportunidad de realizar muchas apuestas profesionales, como persona y como mujer; la verdad no daría ese paso.
EP: ¿Cómo llega una ingeniera industrial a liderar una institución de educación superior?
G.G.B: La ingeniería industrial es una carrera bastante polifacética porque te enseña a optimizar el uso de los recursos disponibles en una organización para alcanzar un propósito, entonces el campo de formación es tan amplio que te da la posibilidad de moverte en diferentes escenarios y ámbitos laborales, por eso llevo 13 años al frente de Área Andina.
EP: ¿Cómo mujer le ha costado desempeñar su rol en una sociedad donde sigue latente el machismo?
G.G.B: Es indiscutible que las mujeres tenemos tantos roles que se vuelve difícil, no es sencillo, creo que hay mucho miedo en las mujeres, por supuesto. Yo sé que no todas nos movemos en los mismos escenarios, pero creo que cuando como mujer te preparas, te enfocas e identificas hacia dónde quieres llevar tu vida, hay muchas cosas que se vencen. Esa ha sido siempre mi invitación a que nos enfoquemos en lo que queremos. Creo que, aunque hay machismo si una mujer está enfocada vence cualquier barrera, creo que uno da de lo que tiene y centrarse en Dios es fundamental para formar un hogar, criar los hijos y desempeñarse laboralmente, es vital y esa ha sido mi fórmula. He pasado bastante trabajo, como cualquier otro vallenato, pero las barreras se superan y está en uno identificar las metas a lograr.
EP: ¿Cómo se lidera el empoderamiento femenino desde la universidad?
G.G.B: Con mi hermana creamos un centro de empoderamiento femenino. Lo trabajo desde la fe que profeso, desde mi convicción de que el mejor empoderamiento que puede tener no solo la mujer, cualquier persona sobre la tierra es a través del espíritu santo. Yo invito a las mujeres a creer, que sí se puede salir adelante con todas las barreras que se pueden encontrar. Se puede ser una mujer realizada y cualquier proyecto al que te enfrentes puedes asumirlo porque cada quien da de lo que tiene en su corazón. Desde la universidad tengo la oportunidad de apoyar a muchas madres cabezas de hogar, para mí son muy importantes, procuro atenderlas, ayudarlas, colaborarles para sacar a sus hijos adelante; y también tengo a muchas mujeres que son estudiantes que creyeron que ya no se podía, que ya el tiempo había pasado. He ayudado en todo lo que he podido para que su proceso sea tan excelente como el de cualquier otra persona, en eso trabajo desde donde estoy.