En el municipio de Valledupar, capital del departamento del Cesar la comercialización y consumo de sustancias alucinógenas está tomando fuerza en varios sectores, sin embargo, la preocupación es que en uno de los sitios más concurridos y llamativos de la ciudad, las orillas del río Guatapurí en el sector del balneario Hurtado, los gibaros desde hace varios años se han venido tomando el lugar y hoy es uno de los sitios nocturnos más visitados por los consumidores de drogas de estratos bajos y altos que sin ningún problema llegan en sus vehículos en búsqueda de marihuana, cocaína o estasis.
El Periódico realizó una visita en el sector, donde conversó con uno de los vendedores de drogas en el Balneario Hurtado, a quien llamaremos Pedro, este personaje nos relató cómo es el movimiento de la droga en sitio, como se hacen las entregas y como la policía se hacen los de la vista gorda frente a este delito.
“Nosotros conseguimos la marihuana, armamos los tabacos, ahí mismo en Hurtado, cuando vemos que vienen los policías que no conocemos, metemos la droga debajo de una piedra o una matica, y nos retiramos, la dejamos ahí, nos movemos, le recibimos la plata al comprador y le damos las coordenadas al comprador para que la recoja” explicó Pedro.
Según la información obtenida en el sector del Balneario Hurtado son nueve las personas encargadas de comercializar la droga que es traída por kilos de los corregimientos de San José de Oriente en el municipio de La Paz, Media Luna en jurisdicción de San Diego y del corregimiento de Chimila en el municipio de El Copey.
“En Playa Maravilla hay cuatro expendedores, con uno nuevo que entró ahora, no sabemos de dónde es, ese está vendiendo por cantidad y por eso hay que dejarlo quieto, no sabemos quién lo respalda; dos se encuentran en el puente colgante, en el sector de la sirena hay uno y otro por el lado de los restaurantes”, estas zonas fueron repartidas por los gibaros cada uno cuida el lugar que le corresponde” explicó el expendedor.
Dijo, además; “A nosotros nos entregan 25 gramos a cada expendedor de marihuana y nosotros de ahí sacamos 27 tabacos, a veces solo cargamos la mitad de eso y vamos llevando conforme se vaya vendiendo. Asimismo, se comercializa el perico”, “Este negocio es rentable, por cada producto uno se gana 3.000 pesos, “El tabaquito de marihuana lo compro a 2.000 y lo vendo a 5.000 pesos, la policía ya nos conoce, nos distingue y por eso no nos tocan nos dejan trabajar. En la noche llegan entre 80 a 100 muchachos a consumir droga, a meter perico y éxtasis, a nosotros nos conviene porque uno está es produciendo plata”, terminó diciendo el expendedor.
Este medio conoció que los gibaros pese a no conocer personalmente a los llamados ‘grandes jefes’, saben que están respaldados por ellos, además dice que para tomar poder hay que llegar con fuerza, y narra lo que ocurre en otra de las ollas de la ciudad.
“En Pescaito, el ‘cachaco’ que llegó allá, ya mató a dos y se ha correteado a otros vendedores para tomar poder en la zona y eso toca así” le narró Pedro a El Periódico.
Santander Beleño, miembro de la Fundación Aviva, la cual trabaja en pro de la conservación y divulgación del patrimonio cultural material e inmaterial de la ciudad señaló; “La falta de cultura en el río es una problemática que ha venido aumentando a través de los años, desde que se invadieron las riveras de la margen derecha del río Guatapurí, los invasores del costado sur, han establecido allí ollas de microtráfico, además han creado una barrera invisible y la delincuencia común es la ley, es por eso que las personas no puedan disfrutar por completo de este sitio”.
El Periódico se comunicó con el secretario de Gobierno, Arturo Calderón, para conocer las acciones de la administración municipal frente a estos estos hechos y esto respondió; “Yo siempre he caminado por el lado de la playita, todos hablan de drogadicción y si alguien por ahí se mete un ‘porrito’ por cualquier lado, entonces la gente se escandaliza, pero drogadicción de jóvenes no he visto. Ahí estamos con la Policía y lo importante es que la gente mantenga un buen comportamiento”. No obstante, el funcionario manifestó que se tomarán cartas en el asunto y darán directrices a la Policía para que llegue a mirar más allá y haga nuevamente requisas en el balneario.
El consumo de sustancias psicoactivas en el país es un problema crítico, lo cual trae repercusiones en la salud pública y lo social, su consumo está creciendo porque el mercado de sustancias es cada vez más amplio y diverso. La marihuana es la sustancia más consumida, un 87% de los consumidores la prefieren, le siguen la cocaína, el bazuco y el éxtasis.