Por: Iván Fernando Márquez Gómez
Desde el 7 de agosto del 2022, cuando se posesionó hasta la fecha, el presidente Gustavo Petro Urrego, ha sido el blanco de todas las críticas, ataques, manipulaciones de la prensa mediática colombiana, así como de los grandes empresarios, que por supuesto están en contra de las grandes reformas que se piensan implementar en el país, para hacer justicia social y que no se siga explotando a la clase social trabajadora y menos favorecida.
Inmediatamente que Petro tomó posesión, como el primer presidente de una corriente política distinta a la tradicional, esa que llevaba más de 200 años repartiéndose el poder entre las familias más pudientes, oligarcas y poderosas económicamente hablando, de la que solo cambian el nombre del partido político. Sin haber empezado su Gobierno, los grandes medios de comunicación, empezaron a compararlo con gobernantes de países como Venezuela, Nicaragua o Bolivia y todos esos mandatarios, que han sido tildados de dictadores, autoritarios, comunistas, extremistas y otros adjetivos para descalificar su triunfo.
A pesar, de que el mismo mandatario ha manifestado en reiteradas ocasiones que no es comunista o socialista, los ataques y manipulaciones en la nación no cesan, en su empeño de satanizarlo y decir que su Gobierno será igual o mucho peor, que nos convertiríamos una Venezuela o Cuba, olvidando que ellos convirtieron al país en uno de las naciones más desiguales del mundo. Sus adversarios olvidan que esa estrategia no les funcionó en las elecciones, por eso perdieron la presidencia, lo acusan de problemas que tiene el país, heredados o dejados por los mandatarios anteriores (asesinatos de líderes sociales, muerte y secuestro de campesinos, por disidencias de las FARC, o del Clan del Golfo, que es lo mismo que las AUC, protestas de indígenas por despojo de tierras, alza en el precio de la gasolina) entre otras, ahora hacen creer que él, es el culpable de todo eso.
De igual manera, el presidente pretende hacer reformas, con relación a la salud, en el sector laboral, en las pensiones, en la educación, por nombrar solo las más significativas en la población, lo que ha generado más enfrentamientos y ataques, los ricos no quieren perder sus privilegios, ni pagar más impuestos. Por todo esto, hay ataques de sus rivales políticos, así como de mucha gente, que sin ser políticos o empresarios, pero si pobres y explotados, esos que se dejan confundir por la manipulación mediática de los poderosos medios de comunicación, que pertenecen a los mismos empresarios o políticos que lo adversan, muchos solo repiten lo que escuchan y ven por los medios, sin leer o investigar lo que se difunde.
Es muy triste y vergonzoso, ver y escuchar a personas pobres, trabajadores explotados gritando en las calles, que están en contra del Gobierno, que ellos no apoyarán las reformas, las cuales, devolvería sus derechos, que los recargos nocturnos sean bien remunerados, que los domingos se paguen doble y que las horas extras empiecen desde las 6 de la tarde, muchos lo hacen solo por llevar la contraria, algunos por miedo a perder su puesto de trabajo, otros por ser obligados por sus jefes o patrones.
Los más acérrimos contradictores y rivales del presidente, son los medios de comunicación, conocido como el cuarto poder entre ellos:
La revista Semana, periódico El Tiempo, Rcn y Caracol radio y televisión, Bluradio, la W Radio, todos estos medos están unidos y confabulados para difamar y convertir una mentira en una verdad difundiéndola todos los días, sin olvidar las redes sociales, para confundir a la población y desestabilizar al Gobierno y poder decir que ellos son los únicos que pueden y saben gobernar.
Una muestra de todo ello es: Luis Carlos Sarmiento Ángulo, es el dueño de El Tiempo, este pertenece al Grupo Aval, dueños de bancos también, son cinco empresas más.
Caracol radio, es propiedad del grupo español Prisa, sede el años 2003.
WRadio, su dueño es Julio Sánchez Cristo, de quien se dice se gana 100 millones de pesos mensuales, noticia difundida por la misma revista Semana.
La revista Semana, propiedad de Gabriel Giliski, quien tiene como directora a la que es considerada la periodista más contradictoria y rival del actual mandatario.
Rcn radio, pertenece a otro empresario colombiano, con su organización Carlos Ardila Lulle, también es dueño de los Ingenios azucareros, Incauca y Providencia, así como de la empresa de gaseosas Postobón, del canal deportivo de televisión Win Sports + y del diario la República, sin olvidar al equipo de fútbol profesional Atletico Nacional de Medellín.
Como se puede apreciar, es una tarea bastante difícil, sus enemigos son muy influyentes y están inmiscuido en todo lo que genere dinero en el país, ellos minimizan los logros del actual presidente y exageran o maximizan las dificultades.
Petro es el presidente, pero no tiene el poder en Colombia, este todavía le pertenece a los grandes industriales, que a su vez son socios o hacen parte de los partidos políticos tradicionales que derrotó en las pasadas elecciones y son sus más encarnizados y peligrosos rivales, hasta en el mismo Gobierno cuenta con poderosos adversarios.
