Una carta abierta a las y los candidatos a la Gobernación del Cesar
Impensable era la unión entre Roosevelt, Churchill y Stalin, pero sin esa ‘alianza insólita’ quizás hubiera sido muy difícil derrotar a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Se necesitó solamente de un punto de encuentro; un enemigo en común, un monstruo que representaba la barbarie y la imposición de un régimen con desprecio a la dignidad humana. Guardando sus justas proporciones, tal cual lo que ocurre en el Cesar: el secuestro del poder público en manos de una familia con doctrina non sancta sobre el manejo del presupuesto departamental. Ese yugo electoral tiene al departamento con indicadores sociales tercermundistas, mientras gastan billones de pesos provenientes de regalías en obras que ni siquiera terminan y en contratistas que ellos mismos controlan. Por eso, a un mes de las elecciones no puede haber otro requerimiento a los candidatos a la gobernación que representan a los alternativos de verdad; a que se unan para derrotar al Clan.
Entendemos los desafíos que implica para cada uno de ustedes tener que desistir en respaldo de otro u otra, pero son justamente este tipo de decisiones las que demuestran el valor civil de los demócratas en tiempos electorales y se inmortalizan en la historia, solo aquellos que anteponen intereses privados en beneficio del bien superior. Sabemos también que cada uno y cada una de ustedes se sienten con el legítimo derecho de representar la opción de cambio que los cesarences anhelan, pero también es cierto que el tiempo está en contra y las posibilidades de lograr aspiraciones individuales se marchitan cada vez que nos acercamos más al día D.
Las cuentas son sencillas: Quedan 27 días. Mientras se desgastan en vetar la idea de cambio del otro y cuestionar el Partido que les dio el aval al compañero, los Gnecco administran dos billones de pesos en obras de infraestructura en todo el departamento -al 10%, tiren lápiz y calculadora-. Controlan cuatro Representantes a la Cámara y dos Senadores de la República. Controlan casi la totalidad de los 25 alcaldes. Manejan la CAR, la Universidad y las entidades descentralizadas del orden nacional que el gobierno Petro ha sostenido a los Congresistas para que puedan votar sus reformas en el Congreso. Entidades que, por carambola, manejan los Congresistas aliados del Clan -como ya lo dijimos-.
Se ha llegado entonces la hora de la sensatez con el pueblo: Si el verdadero querer de vosotros candidatos es ganar la gobernación, las aspiraciones en solitario le favorecen al Clan Gnecco, dado que a la fecha ninguno (a) ha logrado crecer lo suficiente para vencer a Elvia Milena. Con el mapa actual de candidaturas, la votación que el Clan no controla se va a dispersar a prorrata en cada uno de ustedes, haciéndole incluso más fácil y más barata la victoria a la casa de gobierno. Si tienen otros cálculos de índole personal, diferentes a ganar la gobernación, entonces prosigan con las campañas y sigan diciendo no a la ‘juntanza’. Pero, cuando Elvia Milena ocupe el asiento otrora de Alfonso López Michelsen, no le echen la culpa a la vaca, porque la culpa habrá sido de ustedes.