Por: Ruth Coronel Barbosa
La vida es un eje dimensional enfocado en la supervivencia cotidiana, la mente está ligada en una batalla constante contra los pensamientos que bombardean el corazón, esos pensares afligen la mirada quedando perdida en el horizonte sin rumbo ni dirección, la cuna de la incertidumbre está arraigada en el misterio de la raza humana, la cadena del tiempo está sellada en el vivir, las limitantes atraviesan barreras infinitas que recubren deseos ocultos que se pueden cumplir.
Endosados de trajes elegantes, algunos pervertidos, cautivan las necesidades de aquel que lucha por sobrevivir, esos trajes apaciguan realidades inmersas en parapléjicas inmoralidades obligadas a engendrar su codicia apestosa, diversas condolencias se hacen evidentes ante el abuso del poder, cada ser humano posado en la faz de la tierra lucha por evadir ese deseo oculto que está impregnado muy dentro de su ser La realidad se crea mediante una ola periférica relacionando lo interno y lo externo, el reflejo evidencia los resultados tangibles de lo material, es cuestionable los méritos obtenidos, es aplaudible los triunfos, es criticada las derrotas, la divergencia de la lengua no se relaciona para aportar, sino para criticar, la mente del sabio solventa el punto preciso para querer ayudar.
La clasificación social y selectiva del rango esquelético está formada por el bien y el mal, a la final nadie queda bien todos terminan mal, en el último adiós todos se han de lamentar, allí es el lugar donde se guardará eternamente los secretos que a nadie les vas a contar ¿Cuál es tu secreto oculto? Sé que entre risas lo vas a disimular, no hablo precisamente del deseo de tus sueños, metas o propósitos, hablo de ese deseo maquiavélico que luchas por acabar, el que la mente te perturba día y noche, ese que esquivas, ese que lloras, ese que rompe las barreras para acabar puesto en ti.
Es inevitable querer abatir las maquiavélicas dolencias de mentes enfermas asociadas a sus deseos innatos, impregnados, con olores nauseabundos, en sonrisas de confianzas que acaban en tragedias lamentables, lucha por hacer de ti algo diferente, lucha por tener sellado ese deseo, lucha con demonios que susurran al oído, lucha por cambiar tu dolor, lucha por guardar mansamente los deseos ardientes de tu alma. Es real, la mente acapara imaginaciones intrínsecas que el viento se ha de llevar, las malvadas déjalas pasar, es natural, pero no formal, sé que lo puedes lograr.
Las necesidades, el dinero las ha de solventar, el conseguirlo trasciende en la ética moral, tanto mujeres como hombres viven en una lucha angular, el orificio de su dignidad han de quebrantar, la satisfacción es la merienda final, el daño no distingue ni raza ni credo social.
No hablo en general, hablo de aquellos que por alguna razón les toca enfrentar una diversa realidad, no todos tiene la posibilidad ni la facilidad, en la lucha de la vida se ve desde el humillante, el conformista, el vivo, el abusivo, el término con el cual te puedes identificar. El carpintero, algún clavo quiere clavar, el pintor, algún brochazo quiere echar, el ingeniero, alguna obra se quiere tumbar, el ginecólogo, alguna mujer quiere enguantar, el doctor, algún paciente quiere engañar, el arquitecto, algún plano en su mente se ha de diseñar, cada quien quiere un beneficio fuera de lo normal, algunos luchan con sus deseos ocultos tratando a nadie engañar.
Viejos morbosos jovencitas han de tergiversar, las necesidades la han de obligar, no es juzgable las decisiones de quienes rumbos distintos quieren tomar, ¿por qué en vez de criticar no buscamos la manera de poder ayudar? Es una pena moral aceptar el inconformismo de los que no quieren cambiar, cada noche en tu cuarto te vas a cuestionar, cuando pierdes el sentir, quizás todo te dé igual, piensa en algún familiar, si no tienes sensibilízate de la inocencia de los más pequeños, a la final son los que van a pagar, ¿No hiciste nada por tu vida? ¿Tienes el deseo que los demás paguen por tus fracasos?
¿Buscas culpables? Realmente es un resentimiento envidiado de pena moral, cambia ese deseo de mal, bríndale un poco de amor, si te esfuerzas él se callará, las voces de tu mente jamás se aquietarán, pero las puedes controlar. Cuando algún deseo oculto quieras cometer, mira fijamente tu reflejo en el espejo, habla con él y mándalo a volar, si aportas a ahorcar los hábitos, tus deseos ocultos, algún grano de regateo a la humanidad vas a aportar.
