Por: Luis Elquis Diaz. Columnista. @LuchoDiaz12
La prestación del servicio de energía ha sido un tormento para los aproximados 2.5 millones de usuarios de la región Caribe, conjugando situaciones como intermitencia y discontinuidad del servicio, fraude al sistema y el abuso que realizó Electricaribe, que durante casi 10 años no realizó las inversiones mínimas requeridas para mantener a punto sus redes, subestaciones, circuitos y otros equipos.
Ante esas circunstancias, en octubre de 2020, Afinia, filial del Grupo de Empresas Públicas de Medellín (EPM), comenzó a prestar el servicio de energía eléctrica a 1,5 millones de usuarios en los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Sucre y 11 municipios del departamento de Magdalena. La noticia de la llegada de Afinia, generó expectativas y signos de esperanza, sin embargo, ese momento terminó siendo efímero, las quejas de los usuarios han recrudecido.
En su momento Electricaribe motivó el debate político, en el mismo camino está Afinia, nuestros dirigentes dicen: “alzamos la voz”, no obstante, la permanencia del problema invoca la condición de reorientar la estrategia, porque el impacto de la discontinuidad del servicio de energía golpea con mucha fuerza la competitividad y desarrollo de la Región Caribe.
La reorientación de la estrategia debe partir del análisis del Índice de rendimiento de la arquitectura energética (The Energy Architecture Performance Index (EAPI), en el cual Colombia se coló en el noveno lugar en un ranking dominado por economías europeas y/o avanzadas. La capacidad de recursos energéticos en Colombia reconocido por EAPI, está inmerso en los Planes Energético Nacional e Indicativo de Expansión de Cobertura de Energía Eléctrica estructurados por la Unidad de Planificación Minero-Energética – UPME.
La UPME en sus reflexiones misionales reconoce las oportunidades de la Región Caribe en energías renovables no convencionales como las más importantes del país, por sus condiciones geográficas e irradiación (entre 5 y 6,5 KWH/M2/día, superiores al promedio de Colombia, de 4,5 KWH), por lo que se estima que serán de los grandes impulsores de la generación de ingresos y empleo, con inversiones que superarán los US$1.500 millones en proyectos eólicos y solares, que impulsarían también toda la cadena de suministros.
Afinia en los próximos 10 años tiene el compromiso de realizar inversiones por $8 billones en infraestructura eléctrica (subestaciones y líneas, redes de distribución y aseguramiento de la red), e inversiones adicionales en Tecnología de la Información y Tecnología de la Operación. Estas inversiones deben coincidir con el aprovechamiento de nuestros recursos energéticos, (Sol y Viento abundante de La Guajira) para implementar macro proyectos Eólicos y Solar Fotovoltaico con viable destino a la red de interconexión nacional, para reconsiderar ante la Comisión de Regulación de Energía y Gas – CREG, el costo del Kilovatio hora (Kw/h) para la Región Caribe, valorando su situación socioeconómica y las altas temperaturas que inciden en el alto consumo de energía.
Otras variables que invitan a tomar acciones reales para la implementación de estos proyectos energéticos, tienen que ver con los beneficios establecidos en La Ley 1715 de 2014 y normas subsiguientes, y fundamentalmente, por el debate mundial que promueve el desuso de los combustibles de origen fósil y por el abaratamiento de las energías renovables. La transición hacia un sistema energético más asequible, sostenible y seguro es un camino que el país debe recorrer, en ese proceso el Caribe colombiano requiere empoderamiento de su clase dirigente.